Hacia el siglo VIII a.C, la península itálica estaba ocupada por un conjunto de pueblos. Entre ellos se destacaban los etruscos, los sabinos, los samnitas y los latinos, que estaban ubicados en la parte central. Los latinos se establecieron en el Lacio, una región limitada por el río Tiber, los montes Albanos, el Mar Mediterráneo y los Apeninos. Las inundaciones del río y la proteccion que ofrecían las colonias hicieron que esta zona sea propicia por el pastoreo y la agricultura.
Los pueblos que recorrían esta región se hicieron sedentarios y fundaron aldeas que se organizaron en una confederación a la que llamaron "Liga de las Siete Colonias". Así fue como nació Roma.
Los etruscos dominaron Roma por más de 200 años bajo el régimen de una Monarquía.
La expansión de Roma:
En los primeros tiempos de la república, la situación de los romanos no permitía pronosticar fácilmente que se convertirían en dominadores del mundo.
Expulsar a los etruscos de Roma, significaba seguir luchando contra ellos al norte y también con los otros pueblos de la región. Pero, sobre todo, había dos posibles enemigos que serían muy difíciles de vencer en caso de enfrentamiento: las colonias griegas y Cártago. En Sicilia y el sur de la península estaban las ciudades que habían sido fruto de la colonización griega desde el S XIII antes de Cristo. En el oeste y en la isla de Cerdeña, los asentamientos de Cártago, la colonia fenicia del norte de África, que había formado un verdadero imperio comercial en el Mediterráneo Occidental.
A pesar de que la situación no parecia demasiado favorable, Roma conquistó primero la Península itálica y luego todas las tierras bañadas por el Mar Mediterráneo. Por primera vez, alhuien predominó por completo y los romanos los llamaron el "Mare Nostrum", o sea, "nuestro mar".
Sin embargo, el camino que tuvieron que seguir para lograr su conquista fue dificil. Varias veces estuvieron a punto de ser destruídos, pero aunque perdieron grandes batallas, nunca perdieron una guerra. Los romanos combinaban su fuerza militar co una diplomacia extremadamente astuta. Tenían un refrán que resumía su pensamiento en este aspecto: "Si quieres la paz, prepárate para la guerra" asi, cuando no eran los suficientemente fuertes para enfrentarse a un enemigo, firmaban tratados de paz y de alianza que luego rompían cuando las condiciones para la victoria parecían suficientes.
Luego del período etrusco, la ciudad de Roma llevó a cabo una política ofensiva contra los pueblos vecinos, cuyo resultado fue el dominio sobre Italia.
El éxito de esta empresa se debió a la existencia de un sector social dirigente, fuertemente unido, representado por el Senado y un ejército poderoso y disciplinado. El servicio militar en las Legiones de Infantería y Caballería era obligatorio para todo ciudadano. Luego de cada guerra, los aliados se repartían el botín obtenido.
Después de la conquista de Italia, Roma se convirtíó en una potencia militar de primer orden y su interés por el control de territorios y rutas comerciales en el Mediterráneo, lo obligó a enfrentarse con otras potencias como Cártago.
Las luchas entre Cártago y Roma se conocen con el nombre de guerras únicas y concluyeron con el dominio de Roma sobre el Mediterráneo Occidental. Esta victoria hizo que Roma mirara hacia el Oriente: durante la primera mitad del Siglo II a.C. inició una serie de acciones militares conocidas como las guerras mecedónicas que le permitieron controlar el territorio griego y el Asia Menor.
La conquista del territorio tan expresos dotó a Roma de innumerables recursos y riquezas. Cada pueblo derrotado debía pagar un tributo anual, ya sea en dinero o productos, y parte de sus tierras pasaban a ser propiedad directa del Estado Romano. La guerra también contribuyó a la expansión comercial de Roma y las ciudades se convirtieron en el centro de los intercambios comerciales del mundo antñigua. Las guerras de conquistas contrubuyeron a aumentar el número de esclavos, debido a la cantidad de prisiones y rebeldes capturados. Así, la economñia se hizo cada vez más dependiente del trabajo de los esclavos. La conquista también contribuyó a debilitar las instituciones republicanas de gobierno y dieron paso en el Siglo I a.C, a un nuevo régimen político. Desde fines del Siglo II y durante el Siglo I a.C se produjeron enfrentamientos entre los generales victoriosos que desembocaron en 100 años de guerras civiles; sólo construyeroncuando Octavio recibió del Senado del Gobierno de Roma el título honorífico de Augusto, en el 27 a.C se inició así en Imperio Romano.
FUENTE: Sociedad, espacio y cultura de la antiguedad al siglo XV. Editorial: Kapelusz
INTEGRANTES: Pairone, Valeria y Gil Farello, María José.
FUENTE: Sociedad, espacio y cultura de la antiguedad al siglo XV. Editorial: Kapelusz
INTEGRANTES: Pairone, Valeria y Gil Farello, María José.
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